Vacunas contra la enfermedad de Newcastle

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Autor para correspondencia MVZ. Armando Galán Madrigal

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Una de las enfermedades de mayor importancia sanitaria y económica para la avicultura es la enfermedad de Newcastle (ND), infección de origen viral que tiene la capacidad de afectar especies de aves silvestres y domésticas, afectando el sistema respiratorio, digestivo y nervioso, impactando gravemente en los parámetros productivos de la industria productora de carne de pollo y huevo. Se han reportado casos de ND prácticamente en todo el mundo, por lo cual también es considerada como endémica en muchos países, incluido México.

Es causada por un virus de la familia Paramyxoviridae, existen 10 serotipos de Paramixovirus aviares (PMVA) que se clasifican del 1 al 10, siendo el PMVA-1 el agente causal de ND. Las cepas causantes de ND se han clasificado de distintas formas, una de ellas es de acuerdo con los signos clínicos que producen en los pollos infectados, clasificándolos como velogénicos (neurotrópicos y viscerotrópicos), mesogénicos y lentogénicos. Sin embargo, en la realidad los cuadros clínicos se muestras mezclados en un mismo brote, por lo cual, una clasificación así carece de validez científica. Otra clasificación que se utiliza es el Tiempo medio de mortalidad embrionaria, en la cual la cepa se inocula a embriones de pollo, y se toma el tiempo que tarda en morir el embrión clasificando como velogénicas las muestras que causan la muerte entre 40 y 60 horas después de la inoculación, si tardaban entre 60 y 90 horas se clasifican como mesogénicas y si el tiempo era mayor a 90 horas se consideran como cepas lentogénicas.

La tercer forma de clasificar las cepas del virus de Newcastle es mediante el Índice de patogenicidad por inoculación intracerebral en aves de un día de edad (IPIC) en el cual se inoculan aves y se observan durante 8 días si están sanos, enfermos o si mueren, obteniendo un cociente que va de 0 a 2 considerando cepas de alta patogenicidad las que dan resultados mayores a 0.70.

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Adaptada de Trenchi, 2015.

La importancia de la clasificación de las cepas radica en la gravedad de las perdidas economicas que genera para la industria avicola, ademas, por medio de estas clasificaciones se han seleccionado cepas para la producción de vacunas y de esta forma prevenir la enfermedad.

Genoma del virus:

El virus de Newcastle codifica 6 proteínas que participan en la infección y replicación de este: 1) una nucleoproteína (NP), la fosfoproteína (P), la proteína de Matriz (M) la proteína de Fusión (F), una proteína hemaglutinina-Neuraminidasa (HN) y una ARN polimerasa dependiente de ARN (L). De las proteínas codificadas en el genoma del virus, dos de ellas son las más importantes desde el punto de vista antigénico: la Hemaglutinina-Neuraminidasa (HN) y la proteína de Fusión (F). Estas dos proteínas que se encuentran en la superficie de la envoltura viral son el blanco de la respuesta humoral del sistema inmune.

La proteína de Fusión tiene la función de llevar a cabo el proceso de ingreso de la partícula viral al interior de la célula, esta proteína es la principal responsable de la patogenicidad.

La función principal de la proteína HN es favorecer la unión con la célula, y la ruptura de cadenas de ácido siálico, inmunológicamente es la más importante de todas las proteínas de este virus, ya que es la más antigénica.

Tipos de vacunas contra la enfermedad de Newcastle:

La vacunación contra ND se realiza en la mayoría de los países endémicos a esta enfermedad con tres tipos de vacunas, virus vivo, inactivadas y vectorizadas o recombinantes. Las cepas vacunales usadas mundialmente son la cepa La Sota, B1, F, VG/GA, Queensland V4, Ulster 2C y algunas otras que se han desarrollado en diferentes países y que se usan localmente. Vacunas con cepas clonadas a partir de la cepa La Sota también son ampliamente empleadas. Las cepas vacunales no deben tener un IPIC mayor a 0.7, entre menos sea el IPIC, menor posibilidad hay se que se presenten reacciones vacunales, sin embargo, las cepas con un IPIC mayor son más inmunogenicas que las de IPIC menor.

Vacunas a virus vivo:

Sin duda alguna son las más usadas, entre sus principales ventajas se encuentra que son económicas y fáciles de aplicar por distintas vías, como puede ser ocular, intranasal o en el agua de bebida, factores muy importantes para su aplicación en casetas con miles de pollos o gallinas. Una de las características de estas vacunas es que ocasionan una respuesta inmune rápida, con anticuerpos a nivel local y circulante, sin embargo, los niveles alcanzados no son tan altos, y su duración no es tan larga, por lo que se vuelve necesario, revacunar periodicamente para mantener óptimos niveles de anticuerpos neutralizantes.

La cepa La Sota es una cepa lentogénica con buena capacidad de multiplicación, y en consecuencia un alto grado de invasión en los tejidos, con lo que su respuesta inmune y su grado de protección son totalmente eficientes.

Vacunas inactivadas:

Son de uso común especialmente en las aves de larga vida, como ponedoras comerciales y reproductoras. Estas vacunas son preparadas con diferentes cepas cultivadas en embriones de pollo y tienden a ser más caras que las vacunas de virus vivo. Con cepas inactivadas toma más tiempo tener titulaciones de anticuerpos neutralizantes, sin embargo, la respuesta será más alta y de mayor duración. Otra diferencia es el manejo que se debe realizar para su aplicación, ya que se aplican por vía intramuscular o subcutánea, siendo necesario vacunar individualmente cada ave, asegurándonos que cada una recibe una dosis estándar de vacuna. A diferencia de las vacunas con virus vivos no presentan reacciones post vacunales.

El retraso en la respuesta de las vacunas inactivadas, hace necesario el uso combinado de vacunas vivas e inactivadas para tener una respuesta inmune rápida, eficaz y duradera.

Vacunas vectorizadas o recombinantes:

En los últimos años se han desarrollado vacunas vectorizadas para aplicación a temprana edad, bien sea por el método in ovo o al día de edad. Estas vacunas tienen la ventaja de no presentar una reacción postvacunal de tipo respiratorio, ofreciendo niveles de protección adecuados frente a cepas de campo.

Los calendarios de vacunación se deben adaptar de acuerdo con el fin zootecnico de las aves, de esta forma podemos dividir en dos grupos, de vida corta y vida larga. En los primeros, encontramos al pollo de engorda, el cual su ciclo de vida es de 5 a 7 semanas aproximadamente, por lo que las vacunas de virus vivo les daran protección rápida para mantenerlas protegidas durante su corta vida, en el caso de las aves de vida larga, como ponedoras, reproductores y aves de combate, es necesario aplicar vacunas vivas y complementar con vacunas inactivadas que genere mayor titulación de anticuerpos en el suero sanguineo y una mayor durabilidad de estos. Incluso, en zonas con alta incidencia de la enfermedad, o con gran densidad de aves, se administran vacunas vivas vía oral cada 8 a 12 semanas durante todo el ciclo de producción para mantener inmunidad en mucosas y niveles de anticuerpos optimos.

Las vacunas contra la enfermedad de Newcastle son la medida más efectiva para controlar la enfermedad, entre los diferentes tipos que podemos encontrar en el mercado debemos elegir la que mejor se adapte a nuestra parvada, tomando a consideración el número de animales, el fin zootecnico, los manejo que se realizan y la mano de obra disponible, tener un buen calendario de vacunación, nos ayudará a controlar esta y otras enfermedades presentes en la región, reduciendo perdidas economicas por las reducción de los parametros productivos y gastos en tratamientos.

Bibliografía:

León R.B. et al. 2009. Análisis molecular de una cepa de virus de Newcastle de origen vacunal aislada a partir de un hisopado cloacal de aves sanas en Costa Rica. Revista electrónica de Veterinaria. Vol. 10.

Moreno. C. R. 1994. La enfermedad de Newcastle y algunos avances recientes de diagnóstico. Ciencia Veterinaria. Vol. 6. P. 49-61.

Girón S. J. 1995. ¿Qué podemos hacer ante un brote de Newcastle? Selecciones avícolas. España. P. 209-219.

Trenchi H. 2015. Diferentes criterios para enfrentar la enfermedad de Newcastle. El sitio Avícola. Uruguay. Consultado en línea en: https://www.elsitioavicola.com...